Un hombre llamado "alarma"

Mosa
Cuerpo

 Así lo contó la esposa de éste hombre que vivía desconfiado de todo y de todos:  propios y extraños que le rodeaban.  Dicen los que saben eso de la psique humana acerca de los apegos, que  son una carga para el fulano que los padece, de ahí que nos volvemos viles pepenadores y en el hogar,  patio,  azotea y cada rincón libre que se presente,  lo llenamos de triques y cosas que "algún día se necesitarán" así nuestra cabezota

Existimos otros, que atesoramos tanto los bienes materiales que hasta podemos dejar de dormir una noche entera vigilando por la ventana el auto que quedó estacionado ligeramente al siguiente terreno, esto nos pone tan alterados, que hasta el más leve sonido de metal, imaginamos que le están desprendiendo la máquina al "patas de hule". apegos materiales que nos duelen.

escuchaba atentamente el show y la historia de un hombre de edad madura se dejaba escuchar en la voz de su queridísima esposa a todo volúmen que precisamente denunciaba  por tener  apegos a los electrodomésticos que había ingresado al hogar; la consorte de éste hombre ejemplar hijo del teatro pobre, exponía a manera de dar a conocer la historia del "hombre llamado alarma":  Ser despreciable que la última hazaña en su carrera de desconfiados, había sido colocarle una alarma a la recién adquirido plasma de cuarenta pulgadas: hasta que él llegara a casa se podía  encender el costoso televisor.

La mujer estaba solicitando una buena tomada de pelo, una broma didáctica que dejará en el imperfecto masculino una lección que no olvidara jamás: antonia si mal no recuerdo habla al marido que regresaba del trabajo, cansado y con el objetivo de llegar a su cuarto quitar alarma y encender su pantalla para disfrutar de su programa favorito, más no se esperaba que la llamada entrante a su celular, fuera para avisarle que en su cuarto se había iniciado un  incendio, a consecuencia de las alarmas que él había instalado  

sorprendido por la noticia, apenas articulaba palabra y con la voz caricaturesca de eunuco,  solo alcanzaba a decirle a su amada: "no es cierto mana, no digas eso" "deja de estar cotorreando, ustedes le movieron a los alambres"  la llamada telefónica era acompañada con el ruido de las sirenas de bomberos y policías que daban órdenes por altavoz: "retirense, esto en cualquier momento va a explotar, por favor despejen el área es muy peligroso permanecer cerca de la casa"

El hombre al otro lado del teléfono perplejo sin saber que decir y muy desesperado por lo que escuchaba en la voz del jefe vulcano, quien fué solicitado por la esposa  para que le explicara al marido de la frágil voz, en donde se había originado el fuego. "El hombre alarma" escuchaba las palabras del sr. bombero y ni así daba crédito que el incendio se originó en el cuarto en donde una pésima conexión de una alarma había hecho corto, dañando el televisor y extendiendo el fuego a todo el mobiliario del lugar.

La urgencia hizo que el bombero se alejara de la linea telefónica, para nuevamente dejar a la pareja intercambiando información fatídica del incendio ,  !de pronto!   los labios del marido se abrieron para pronunciar la frase que se inmortalizó y hoy recordamos con tanta alegría en éste jetabook:   contestación noble de un desamparado que con voz chillante, frágil y lastimera:  !NO TE AZOTES MANA! 

 Por qué la broma; por qué a ese hombre que su único pecado fue ponerle alarma a todo: a la tele, la puerta del cuarto;  el zaguán, la caja de herramientas entre otros aparatos. En donde viviría y con quién...así conocimos a l! NO TE AZOTES MANA!  un hombre materializado en alarma.