No corro, no grito y no empujo.

David
Cuerpo

Fenómenos naturales al por mayor en tan poco tiempo han sacudido nuestro terruño que terminaron por romper con la calma y tranquilidad de la que gozábamos. Tener que salir cerca de la media noche al patio o a la calle para resguardarnos de los peligros inminentes provocados por la mano que mece la cuna de las placas tectónicas no es muy grato. Como estoy seguro que no lo fue para ustedes esta nueva interrupción en el proceso de transmisión del Panda Show.

Deben de saber que para casos como los temblores existen protocolos que dictan la manera de actuar para preservar las vidas de quienes nos rodena y la propia, por supuesto: No corro, no grito y no empujo. Lo mismo aplica para períodos de ausencia del programa. Los primeros en entenderlo fueron los compañeros periodistas, pues aprendieron la lección del simulacro anterior en donde germinaron de sus mentes mal informadas especulaciones que rozaban en lo ridículo. Algunos afirmando el fin del mismo, otros más que se creen analistas de la radio abriendo ventanas de la mediocridad literaria por su vergonzosa manera de redactar –léase la entrada del 24 de mayo de esta columna “Luego entonces”- y, otros más serios, recabando información fidedigna para presentar números y cifras en argumentos correctamente estructurados como si además de periodistas tuvieran el plus de ser economistas. Es decir, de esa gente que sí da gusto leer.

En esta ocasión no hubo alerta sísmica que agudizara sus sentidos para prevenirlos de ir en busca de la nota. Respetando los protocolos de seguridad no corrieron a buscar a sus fuentes de la vez pasada para no quedar en ridículo. No gritaron lo que escucharon por radio pasillo y no empujaron a las respectivas empresas para las que trabajan a exhibir mentiras con la finalidad de ser el primero en publicar sobre el tema. Y es que son como una manada de lobos atacando a una presa que implica un riesgo considerable si se le intenta vencer cuerpo a cuerpo. Por eso se juntan, para rodearla esperando a ver quién de los compañeros es el primero en abalanzarse con fiereza para que sólo así, los demás se unan a la masacre.

¿Vamos a regresar? Por supuesto, de eso no tengan duda. En cuanto a las estaciones del pandita les informo que ya en los próximos días estarán de nuevo arriba y sonando con normalidad. Sólo quisimos aprovechar este parón para brindar el mantenimiento necesario a nuestro equipo.

Así que para finalizar mi intervención del día de hoy, manténganse aquí para que sea la página oficial del oshito nuestro vínculo informativo y generador de contenido en cada rincón de las secciones que ofrecemos. ¿Quihubole? Hasta aquí mi reporte, Joaquines.