Tal como lo había escrito a inicios de febrero, el sábado 21 de este mes llegó el día de acudir nuevamente a ver a Helloween en su tour Pumpkins United, el cual arrancó oficialmente en nuestro país con muchas expectativas de lo que podían ofrecernos en el escenario. De antemano quiero decir que no voy a escribir la típica reseña cronológica con el setlist y aventar confeti literario, pues lo que pretendo es argumentar lo que me pareció y habrá quien pueda estar de acuerdo o no (de hecho pueden comentar en la parte de abajo).

A Helloween ya lo había visto en dos ocasiones -ambas en el Circo Volador- y Andi Deris me pareció que hacía un trabajo vocal muy bueno para interpretar las canciones que se gestaron desde su inclusión en el grupo y, aceptable, para entonar los himnos emblemáticos que hicieron famosas en el mundo del Power Metal ochenteno a las calabazas alemanas en la extraordinaria voz de Michael Kiske.

Y es de este último de quien noté que no estaba al cien por ciento, incluso en Facebook escribieron que "Michi" tiene problemas y los médicos le recomiendan descansar. Otro que tampoco pudo lucir alcanzando las notas de “Ride The Sky” fue Kai Hansen y no podía creer que Deris se escuchara con mayor potencia y buena afinación. Fue él quien intervino como apoyo en muchas de las canciones más complejas y quien terminó, desde mi punto de vista, por ganarles la partida a dos emblemáticos y de quienes esperaba más.

Las obligadas de los Keeper´s en la “voz” original de Kiske comandaron el furor en la Arena Ciudad de México, que sobra decir, es un recinto que ofrece una mejor distribución y servicio para disfrutar de bandas metaleros de gran convocatoria. Eso sí, no sé ustedes pero a pesar de tener un complemento audiovisual, jamás terminé por encontrarle el gusto ni la gracia a "Seth y a Doc."

Quisiera poder ahondar más en lo que fue el concierto pero tengo que concluir que para mí fue una decepción total el no poder escuchar a Kiske como alguna vez lo aprecié con Unisonic. Así que no me queda más que agregar y termino diciendo que Pumpkins United, por lo menos en la Ciudad de México, fue un evento muy calabaza.