Tres estilos de transportar

Uberboy
Cuerpo

Por lo general la gente tiende a decantarse por una cosa u otra, no se por que motivo; el asunto es que es así. Si les gusta Coca no les gusta Pepsi, si le van al América no soportan a las Chivas, tiene que ser blanco o negro, pero no gris.

El otro día llega mi Uber y en la platica el conductor me comenta que el trabajaba para los Oxxos en la cadena de distribución. Al preguntarle por qué ya no, me comentó que en esa área de la compañía solamente se podía trabajar un año, al parecer para no generar antigüedad. Resulta que apenas llevaba una semana en Uber, sistema al cual habia ingresado por sugerencia de un amigo y estaba probando el negocio porque también tenia varios taxis en el Estado de México, lo cual despertó mi curiosidad; ya que siempre me resultan interesantes los casos atípicos.

Conforme nos adentramos en la siempre caótica CDMX, me platicó que cuando hacía entregas de mercancía a las tiendas de conveniencia antes mencionadas, conducía un trailer; por lo que se trataba un experto en transporte de mercancías y personas en sus diferentes modalidades. Esto salió a colación porque pasamos sobre uno de los chorrocientosmil baches que hay en las calles de la ciudad: “Estos en el trailer ni se sienten, por eso trato de no venir muy seguido a la ciudad en auto, ya me desacostumbré”.

Su intención era la de dar a trabajar ese auto a otro conductor de Uber para el regresarse a su pasión que son los traileres, pero estaba conociendo el negocio para entenderlo a fondo y saber que esperar del mismo. En contraposición a su caso, me contó que su amigo que también era trailero, le dijo que a el Uber le había sentado muy bien y que no pensaba regresar a la manejada de camiones. Diferentes perspectivas de una circunstancia parecida.


Entre los riesgos de conducir un trailer en México, me comentaba el conductor, están las jornadas larguísimas en las que pueden quedarse sin dormir por 24 o 48 horas, o hacerlo por ratitos en lo que les cargan la mercancía; los asaltos, los puntos ciegos que tienen los choferes, o no poder bañarse diario, por citar algunos. Pero definitívamente en todas partes se cuecen habas, todo tiene ventajas y desventajas. A mi pregunta de cual esquema  le gustaba mas, respondió que lo suyo era el trailer, que Uber le gustaba por la seguridad y porque no paraba de trabajar ni se tenia que regresar vacio, pero que el pago es semanal, mientras que en el taxi tradicional la lana fluye al momento, pero no se sabe quién se sube, por lo que puede ser riesgoso.

En el caso de Uber se da mucho el cliente mamón que malentiende el servicio pensando que los conductores son sus gatos. Llegan muy mandones o con actitudes altaneras y pedantes. Las malas vibras que se sienten en ocasiones en los servicios de UberPool que pueden terminar en los golpes, en especial si se suben todos fumigados en La Condesa o Polanco…o el típico nacazo que no entiende la tecnología y se quiere desquitar con el conductor, cuando la falla pudo haber sido de la aplicación, los datos moviles, o de haber colocado mal el punto de recogida.

En el esquema del taxi tradicional, me comentó que al inicio, el también anduvo manejando el primero que tuvo por algún tiempo. Me contó de un caso peculiar que tuvo en el mismo. Una chava le hizo la parada afuera de un bar, se sube y a medio trayecto le pide que se detenga porque se sentía mal. Uno pensaría que iba a vomitar, tomando en cuenta el lugar de recogida, pero no, en realidad lo que hizo, fue bajarse el pantalón y zurrarse en plena vía pública (me pregunto con que se limpió). Segundos después, llegamos a mi destino.