Los tres chiflados

David
Cuerpo

Existe una página que me resulta muy divertida cada que la visito. Se supone que el contenido que generan gira en torno a la industria de la radio pero causa mucha risa si uno revisa los títulos de sus artículos y no sé por qué viven obsesionados por dar “Tips para…”, pues como lo he mencionado anteriormente en esta columna, son puntos tan escuetos que no te llevan a ningún lugar pero que -según ellos- te garantizan el éxito o hacer un trabajo profesional y en forma cuando la realidad es que sus “tips” son desechables, porque para los que realmente trabajamos en el medio, sabemos que no hay fórmulas preestablecidas para que el éxito se dé.

Posiblemente exista una relación directa de su mentalidad pueblerina de hacer las cosas con la promoción que hacen de “artistas” gruperos cada que cargas la página. Unos sombrerudos completamente desconocidos que tienen el talento vocal de un amateur de karaoke y el carisma de esos grupos norteños que uno contrata para animar eventos familiares. Y que terminan por generar molestia cada que le das refresh al sitio (Afortunadamente existe Adblock como extensión en el navegador).

Algunos han escrito sobre nosotros y las ausencias que hemos vivido recientemente en el cuadrante, tratando de hilvanar la verdad. Primero una insegura ventana -que al parecer lleva tiempo cerrada- que se fiaba de “radio pasillo”, como a mitad de la nota se le iban las cabras y terminaba por rellenar su escrito con interpretaciones e invenciones que se gestaban en su cabecita alborotada. Eso sí, con un pésimo manejo de la reglas ortográficas como el ridículo “luego entonces”, bueno, eso digo yo.

Bueno ¿qué se podía esperar de alguien que se emociona por retratarse con Miguel Ángel Mancera con su celular?

Tiempo después salió por ahí algún engendro que inexplicablemente escribía personificado como una loca desviadota sin gracia que, quitando su enfadosa frase de “mis vidas” como maldito loop, su información era tan reducida y manejada como si se tratara de una investigación periodística tan compleja, un sabueso tratando de cazar la verdad como espía profesional. Aguas FBI que ésta loca –que ha mostrado cierto gusto por el Oshito- está próxima a revivir a la KGB.

Y finalmente una vergüenza como escritor, periodista o pasante de la carrera de Ciencias de la Comunicación. Un tipo que a pesar de plagiarse la información de otros sitios y cambiarle un poco el estilo –para que nadie se dé cuenta según él- resulta inverosímil que sea tan “distraído” para cambiar el contexto, así como los datos que fungen de columna vertebral y tergiverse algo que se pirateó. La más reciente pifia fue una nota que incluye un asesinato y una camioneta Mazda. La nota original y bien estructurada está en Publimetro.

Para que vean las consecuencias de sentirse un artista profesional interpretando las canciones de Control Machete. ¿Quihubole?