Nuestro cerebro es una de las partes más importantes del cuerpo y por ello hay que cuidar de él de una manera óptima. Gracias a nuestro cerebro tenemos la capacidad de pensar, sentir, tomar decisiones, recordar. Es en esta última acción en la que muchas personas sienten que su cerebro empieza a fallar, en los recuerdos, es decir, en la memoria.
La memoria juega un papel crucial en nuestras vidas, ya que gracias a ella conservamos los conocimientos que nos ayudan a desenvolvernos de manera correcta por el mundo. Asi que aquí te dejamos algunos tips para que trabajes con tu memoria.
1. Comer Bien
Los alimentos que comes y que no comes desempeñan un papel sumamente importante en su memoria. Los vegetales frescos son esenciales, así como las grasas saludables y evitar el consumo de azúcar granos y carbohidratos. Por el ejemplo, el curry, el apio, el brócoli, la coliflor y las nueces contienen antioxidantes y otros compuestos que protegen su salud cerebral e incluso estimulan la producción de nuevas células cerebrales.
2. Hacer Ejercicio
El ejercicio hace que su cerebro trabaje a su capacidad óptima estimulando a las células nerviosas y haciendo que se multipliquen, fortaleciendo sus interconexiones y protegiéndolas del daño.
Durante el ejercicio, las células nerviosas liberan proteínas conocidas como factores neurotróficos. Uno en particular, llamado factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), libera muchas otras sustancias químicas que promueven la salud neural y benefician directamente las funciones cognitivas, incluyendo el aprendizaje.
3. Deje las Multitareas
Utilizado durante décadas para describir las capacidades de procesamiento paralelo de las computadoras, la multitarea actualmente es la abreviatura del intento humano por hacer muchas cosas al mismo tiempo, lo más rápido posible. En última instancia, las multitareas podrían hacerlo más lento, hacerlo propenso a errores, así como olvidadizo.
Las investigaciones demuestran que usted en realidad necesita ocho segundos para almacenar una pieza de información en su memoria, si está hablando por teléfono y cargando lo que compró en el supermercado cuando saca las llaves, entonces es poco probable que recuerde dónde dejo estas últimas.
4. Dormir Bien
El sueño es conocido por mejorar su memoria y ayudarlo a “practicar” y mejorar el desempeño de tareas difíciles. De hecho, una sola noche de sueño durante cuatro a seis horas puede impactar en su habilidad de pensar con claridad al siguiente día.
Se cree que el proceso de crecimiento cerebral o neuroplasticidad, es la base de su capacidad cerebral para controlar el comportamiento, incluyendo el aprendizaje y la memoria. La plasticidad ocurre cuando las neuronas son estimuladas por eventos o información del medio ambiente. Sin embargo, el sueño y la pérdida de sueño modifican la expresión de varios genes y productos genéticos que podrían ser importantes para la plasticidad sináptica.
5. Practique Juegos para el Cerebro
Si no desafías constantemente a tu cerebro con información nueva y sorprendente, eventualmente comienza a deteriorarse. Sin embargo, lo que nos muestran las investigaciones sobre la plasticidad cerebral es que dándole a su cerebro el estímulo apropiado, puede contrarrestar esta degeneración.
Una forma de desafiar a su cerebro es por medio de “juegos para el cerebro”, puede encontrar estos juegos en sitios web
El tiempo de elegir una carrera es una etapa de mucha incertidumbre, los padres, docentes, amigos y la familia preguntan ¿Qué vas a estudiar? y esa pregunta se siente cómo un interrogatorio que te pone entre la espada y la pared. La elección de tu carrera no debería ser una decisión impulsiva para eludir la presión de la pregunta de los demás y la incertidumbre que provoca.
Pero no te preocupes aquí te dejamos algunos tips para que puedas elegir tu carrera que tanto deseas.
1. Tómatelo con calma. Si no sabes cuál es tu vocación, si te gustan muchas cosas diferentes o si todos tus amigos ya decidieron qué van a estudiar y tú sigues pensando qué quieres hacer, no te preocupes. Cada uno tiene su tiempo, date espacio para elegir con tranquilidad.
2. Conócete. Piensa qué te gusta hacer, cuáles son tus intereses, qué materias te resultan más fáciles y cuáles te traen más dificultad. Al hacerlo, incluí tus hobbies, deportes y pasatiempos. Tus intereses y tu personalidad son importantes para elegir algo que disfrutes hacer y que te permita desplegar tu potencial.
3. Sé realista. Ten en cuenta si para empezar a estudiar tendrías que mudarte, cuánto tiempo de viaje tendrías hasta el lugar de cursado y cuántas horas por día vas a poder dedicar a estudiar. Al reflexionar, considera si vas trabajar mientras estudias y cuáles son las ocupaciones y profesiones de tu familia y de tu entorno. Incluir la realidad en la elección permite que evalúes si tu decisión es viable.
4. Investiga la oferta de cursos y carreras. Las carreras tradicionales son las más conocidas. Sin embargo, hay muchísimas más carreras universitarias que pueden sorprenderte y sobre las que puedes investigar. Busca en internet, visita las universidades, pídeles información sobre las carreras que te interesan. Así vas a elegir basado en la seguridad que brinda conocer profundamente las opciones actuales y la carrera que te gusta.
5. platica con un profesional. Antes de tomar la decisión final, conversa con un graduado de las carreras que te interesan para conocer su experiencia y el campo laboral de cada una. Con su testimonio podes proyectar cómo sería tu futuro profesional y evaluar si es algo que te gusta, cuáles son las posibles actividades laborales y si te imaginas trabajando en esa profesión.
La elección de carrera es un proceso personal que implica pensar en el futuro. Conociendo la oferta de carreras, tu personalidad, tus intereses y tú realidad podés elegir con más seguridad tu camino vocacional.
Hoy en día es inevitable no sentir estrés o ansiedad. Constantemente estamos escuchando terribles noticias, estamos atascados en el tráfico, en un trabajo demandante o con preocupaciones por dinero. Muchas veces, este tipo de preocupaciones dan pie a cosas más serias como depresión, ataques de pánico y enfermedades. Aquí te damos algunos consejos que puedes seguir para controlar la ansiedad.
1.-Comprender el mecanismo de la ansiedad
Este primer consejo lo considero el más importante y es que es necesario entender la ansiedad para lograr controlarla. Recuerda que la ansiedad es un mecanismo de supervivencia ante situaciones que el cerebro percibe como peligrosas. Piensa lógica y racionalmente acerca de la ansiedad.
2.-Aceptar lo que está pasando. No intentar huir
Si esperas el tiempo suficiente, el miedo acabará por desaparecer. De esta forma, aprenderá a poner en práctica el control de la ansiedad. Sin embargo, si abandona la situación siempre pensará que la ansiedad puede más que usted. Esta es la gran trampa de la ansiedad, la evitación.
3.-Respirar lenta y profundamente
Utilice la respiración abdominal, para relajarse física y mentalmente e ir tomando el control de la situación. Si respiras pausadamente te ayudará a equilibrar el organismo y recuperar las energías necesarias para hacer frente a tu día a día.
4.-Interpretar correctamente las cosas y situaciones
Elimina los pensamientos negativos, ¡deja ya de fastidiarte! Ten una actitud positiva y no seas catastrofista viendo el lado menos bueno de la vida, no te lamentes tanto, busca lo positivo de cada situación, esfuérzate por querer seguir adelante y saber que lo qué piensas influirá en cómo te sientes, solo por eso, piensa bien y te ayudará a sentirte bien.
5.-Vivir lentamente
Vivir más despacio, a medida que nos apresuramos por la vida, cargando con más cosas hora tras hora, nos estiramos como una goma elástica hacia el punto de ruptura. Evita el exceso de ocupación. Organízate y prioriza en aquellas tareas verdaderamente importantes. Delega en otras personas, evita acumular tareas y no te responsabilices de lo que corresponde a otros/as.
6.-Reír
Busca momentos donde compartas con amigos, no te aísles porque te sientas mal, todo lo contrario, reír, compartir y relacionarte te ayudará a sentirte mejor.
Retirar rápidamente los pañales para que los niños puedan ir al baño no es un sueño, sino una realidad que requiere de una buena técnica. Por supuesto, puede que en este corto, rápido y efectivo camino percibamos unas pocas ‘resistencias’ lógicas.
El pequeño necesitará de tu apoyo constante para lograr superar esta etapa que no es nada sencilla para él. Y, fundamentalmente, requerirá de una serie de ‘competencias’ complementarias para poder decirle adiós a los pañales.
1. Identifica las señales de que tu niño está listo
Alrededor del año de edad, un niño comienza a identificar que lo que siente son ganas de hacer pipí o popó. Algunos niños están listos para empezar el proceso de retirada del pañal a los 18 meses de edad, pero hay otros que no demuestran el más mínimo interés hasta que tienen 3 años o más.
2. Compra el equipo necesario
Invierte en una buena bacinica o en un asiento especial que se acopla al inodoro de tu baño. Esto le quita los nervios al niño de enfrentarse con el baño grande, ya que a algunos niños les da miedo caerse dentro o les asusta el ruido al tirar de la cadena.
3. Crea una rutina para tu niño
Para empezar, haz que tu niño se siente completamente vestido en su orinal una vez al día, después de desayunar, antes de bañarse o cuando normalmente suele hacer popó o pipí. Así se irá acostumbrando al orinal y empezará a aceptarlo como parte de su rutina diaria.
Pon el orinal en un lugar accesible y conveniente. Si no se quiere sentar, no te preocupes. No debes forzarlo, ni obligarle a permanecer sentado.
4. Dile adiós al pañal
Una vez que tu niño ya esté plenamente acostumbrado a sentarse vestido en su orinal, el siguiente paso es lograr que lo haga sin el pañal.
Esta es la etapa en que empezarás a explicarle que así lo hacen mami y papi todos los días. O sea, explícale que cuando ya eres mayor te quitas la ropa antes de hacer pipí o popó.
5. Muéstrale cómo se hace
Los niños aprenden imitando a los adultos, por lo tanto la manera más natural de que aprendan a usar el inodoro es viéndote hacerlo.
Si tienes un varoncito, es más fácil que empiece a hacer pipí sentadito, y que más adelante papá o un hermano mayor le enseñe a hacer pipí de pie. Seguro que no tardará nada en imitarlo.
Si tienes una niña, asegúrate de que se limpie de adelante hacia atrás, especialmente después de hacer popó, para reducir el riesgo de infecciones urinarias.
6. Explícale el proceso
Enséñale a tu hijo la conexión entre el popó y el inodoro. La próxima vez que ensucie el pañal, llévalo a su orinal, siéntalo y luego vacía el pañal en su orinal por debajo de él. Esto le ayudará a asociar el acto de sentarse en el orinal y hacer popó.
Hablar en público es una actividad desagradable para muchos y cuanto mayor sea la importancia del evento, peor el miedo. Sin embargo, deberás enfrentarte constantemente a exposiciones y presentaciones, ya sea ante tu equipo, socios, clientes o posibles inversionistas.
Así que quítate el miedo y ten en mente que hablar en público en realidad no es tan difícil. No es otra cosa que conversar, y eso lo haces prácticamente todo el tiempo. El misterio desaparece una vez que se ha aprendido cómo hacerlo. Aquí te dejamos algunos consejos para que los lleves acabo y puedas expresarte ante un público.
1. Exprésate con sencillez
La gente que te escuche captará una o dos de las principales ideas que expongas. Si no puedes expresar en un par de enunciados el punto que propones comunicar, entonces tu alocución no está bien definida. Y si no sabes con previsión lo que quieres decir, mucho menos lo sabrás decir en público.
2. Sé breve La duración de los números en los espectáculos de variedades suele ser, como máximo, de 12 a 15 minutos.
3. Sé sincero
Si tratas de ser distinto a cómo eres, poco natural, probablemente no vas a convencer a nadie. Si no te parece graciosa una anécdota, no esperes que el público se ría con ella. Si la información que pretendes transmitir no te despierta un verdadero interés, tampoco lo despertará en los demás.
La primera persona del singular (yo) puede ser un arma eficaz, pero debes ser cauto y ubicarte correctamente en el espacio, tiempo y tipo de público que te escucha.
4. Aduéñate de la situación
En los primeros momentos de un discurso se establece el vínculo entre el público y el expositor. Sonríe, agradece a la persona que te presentó y luego espera un momento.
No empieces hasta que hayas captado la atención de todos los presentes. Cada una de esas personas comprenderá inmediatamente que el orador le está hablando a ella, y su cerebro se dispondrá a prestarle atención.
5. No leas, habla
Leer ante un auditorio no resulta tan eficaz como hablar directamente y con el corazón; la expresión espontánea quizá no sea tan pulida, pero definitivamente es mejor.
No es recomendable redactar discursos, pero sí lo es llevar notas para recordar lo que quieres decir, y saber en qué parte va uno.
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