Resistir la tentación de estar comiendo alimentos altos en grasa y azúcar es complicado. Pero no todo está perdido porque investigadores creen que con el simple hecho de oler un alimento durante dos minutos puede evitar esos impulsos.

La Universidad del Sur de la Florida, publicado en el Journal of Research Marketing, oler una comida poco saludable golpea el circuito de recompensas del cerebro de manera similar a comerlo. Esto lo dedujeron analizando un fenómeno conocido como olor ambiental.

Para los investigadores, la mayoría de nosotros siempre elegimos aquellos alimentos con un alto contenido de grasas, azúcar, sal, porque resultan “más sabrosos”. Argumentan que en lugar de irnos por una opción saludable, la cual nos dará beneficios a largo plazo, optamos por el placer a corto plazo.

Es por eso que nuestro sistema olfativo y gustativo de nuestros cuerpos se superponen en la forma en que activan el circuito de recompensas de nuestro cerebro, nuestro sentido del olfato puede desempeñar un papel importante en esta elección.

El estudio encontró que los participantes expuestos al olor de galletas durante menos de 30 segundos tenían más probabilidades de querer una. Pero aquellos expuestos durante más de dos minutos, no mostraron mayor deseo por la galleta que por las fresas, y, mayoritariamente, escogieron fresas en su lugar.