El rio con sus aguas cristalinas corriendo entre  piedras lisas y  verdosas;  a las orillas frondosas ceibas y algún cedro extraviado mostrando sus raíces; a la sombra sentado boca arriba en un banco de arena finita, buscándole forma a las nubes  acompañado de aire fresco que baja por la ladera y se arremolina en la poza donde los plebes se encarreran para ejecutar sus mejores clavados. A todo esto no puede faltar un platazo colmadito de camarones y un seis bien helado.

Un día chulo para jalar con toda la prole al rio, hasta para llevar la música y suspirar de pura nostalgia por nuestros seres queridos o por la tristeza  al dejar  nuestra tierra, ese terre donde nos cortó el ombligo la partera y quedó enterrado para regresar por él algún día, cuando nuestro cuerpo pida paz y descanso.

Así sentí la música y las palabras de tres jóvenes músicos: Cesar Iván, Israel Meza y José Manuel que a toda honra se hacen llamar LOS PLEBES DEL RANCHO  de Ariel Camacho en honor a su líder a quien le viven agradecidos por la herencia no solo musical, les inculcó el amor a su tierra, a las cosas sencillas  en donde se encuentra la verdadera riqueza del vivir. Algo así como ver ejecutar dos guitarras, una tuba y dos voces  que proyectan un sabor autentico,  acordes musicales y palabras que nos llevan a vivir muy de cerca a su Sinaloa querida, a la Sinaloa de su vida,  a ese México que diariamente lo  extrañamos.

Corridos, rancheritas, románticas y el sabor campirano de tres músicos que se enorgullecen de su tierra y la historia musical  de su pueblo, así son LOS PLEBES DEL RANCHO de Ariel Camacho   desde Sinaloa México y como dijo aquel sabio  de la cumbia  “… vamos a cantar…ar…ar …ar…  con los plebes del rancho