Y Que Nos Cae Felipe y Sin Tenis!

Mosa
Cuerpo

 

 

 Lo conocí una noche de bromas en la avenida universidad, exactamente en el panda cool center ; un hombre  alejado del perfil físico del michoacano: no güero, ni alto y hasta ausente de pelambre en la cabeza, su nombre: Felipe Calderón Hinojosa,   esperábamos desde las siete de la noche no hubo recepción oficial ni nada preparado para su llegada, creo que hasta nos sentimos un poco invadidos por alguien que después ni se acordaría de nosotros.

Despeinados y olorosos con la jornada encima para esa hora, volteábamos a la puerta principal  para recibir al invitado que no sabíamos exactamente que iba a hacer: una broma  a su partido; o  hablaría con su Margarita para un cuenta conmigo,  ¿se cambiaría de partido? nadie sabía cómo sería su discurso a la comunidad.

Esa noche el Jetta Book retrató una cara que no cambio mucho durante el sexenio. Amable por –supongo- conveniencia, recio de carácter y sonriente saludaba por doquier; el encuentro con su anfitrión fue demasiado cordial. Ni tardo el hombre panda le propuso que si hacía una broma, para que tomara confianza le animaba diciéndole que sería una broma ligerita, es más una buena serenata era la propuesta perfecta para arrimarle fuego a la hoguera.

Las palabras sonaron a discurso político, de hombre que busca el voto y de anunciar que el sería el candidato de las manos limpias; frases de campaña que van palpando el pulso de los votantes, en el trayecto cambió la fraseología y los seis años en funciones fueron conocidos por la guerra que desató contra el narco.

Felipe se divirtió independientemente del encargo que traía, le hablo a su conejita, platicaron al aire, le cantó con su voz de Claudio él; gallo de la tele;  no se hizo ninguna broma al respecto. Al llegar el momento de la foto del recuerdo, empezaron los problemas que quedaron como imágenes premonitorias de lo que sería su personalidad.

Felipe y el Panda congelaban su figura para que el improvisado fotógrafo inmortalizara el momento, sin embargo, una cámara digital en manos de imberbe profesional, hizo que se tardará más de cinco minutos para tomar una imagen; situación que desesperó a Felipe; el fotógrafo, ansioso por enmendar el error solicito que siguieran en la misma posición y la misma cantaleta: el nervio y el desconocimiento del equipo le jugaron nuevamente la broma de no poder disparar el click para la siguiente toma.

Felipe tiró un agarre con la mano derecha para tener la cámara y entre dientes exponía su malestar: a ver compadre presta aquí nos va a llegar la media noche

Por cierto Felipe Calderón quedó de regresar a la cabina para encontrase  nuevamente con la audiencia Pandiana, momento que jamás llegó.