La Venganza De La Tableta.

Mosa
Cuerpo

 Hace unos días olvide el código para desbloquear una tableta, me llevé varias horas intentando abrir esa maquinola  sin éxito; como dijo Juan Gabriel  me pase la noche casi sin dormir. Imaginé  la tableta inservible, botada entre los triques del cuartito… y pensar que ni la usé ¡me daba una rabia! Porque no le paso a otro  yo era tan feliz, yo vivía muy bien.  Recordaba que el famoso número olvidado, extraviado lo confundía con la fecha de mi nacimiento; el número de mi secundaria etc. recuerdo que lo  apunté en un pedazo de papel y lo guardé en la cartera, pero como era de esperarse: desapareció.

Encendía y apagaba el aparato,  metía uno,  otro número y nada que abría la fregadera; vino a mi mente, una cifra basada en el día del periodo de una novia, número que utilizaba para algunas claves y ...nada que se desbloqueaba la tableta.   ¡De pronto aparece una amenaza. La tableta me estaba amenazando! Si usted se vuelve a equivocar de número se lo carga el payaso, tendrá que comunicarse a la siguiente dirección para desbloquear su tableta; después siga las instrucciones para que su aparatillo quede como de fábrica. Para cerrar el capítulo de las amenazas, me llega otro mensaje: si usted aplica la restauración olvídese del contenido guardado.

Estos inventos son  del diablo, una pende…da así, está cambiando mi día !no por favor! y Don Steve   el que inventó esos artificios, ya pasó a mejor dimensión y no me urge encontrarlo;  me gustaría decirle que inventó una bonita forma de dominio, sin derramar una gota de sangre.  Bueno el chiste es que anduve viendo tutoriales;  inventando estrategias bien mexicanotas  para  atiborrar de aplicaciones piratas a la tableta  y poner fin a éste matrimonio obligado entre la manzanaquina y un servidor.

La solución pronto llegó, ya sabrán un caigñal ayuda a otro  y el famoso  numerito  siempre estuvo en mi cabeza,, solo que mi habilidad de relacionar cosas y situaciones, bloqueda también, además éste  ejercicio lo reprobé en kinder, y  por ningún lado encontraba el dichoso número.

Moraleja: no le mientas a las máquinas dando información falsa -tarde o temprano-  ellas se vengarán,

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