Comer, rezar y amar

Claqueta palomera
Cuerpo

Después de un divorcio traumático seguido de un desengaño amoroso y en plena crisis emocional y espiritual, Elizabeth Gilbert, de treinta y tanto años,  decide alejarse de todo un poco, así que decide dar el gran paso, respirar hondo, dejar todo y marcharse de Nueva York, así llega a Roma, donde descubre los placeres de la ciudad, aprende diez expresiones nuevas al día y se queda fascinada con los sorprendentes ojos de su nuevo amor Giovanni, diez años menor que ella, y con el poder curativo de la pizza.

Después de Italia, Elizabeth prosigue el camino a India donde descubre el poder de la oración y finalmente a Bali encontrando la tranquilidad y la paz interior que tanto estaba buscando.

La historia es una adaptación de la novela autobiográfica y homónima de Elizabeth Gilbert, elegida por The New York Times como uno de los cien libros relevantes de 2006. En términos generales, el filme sigue la línea de la novela, el grueso de la trama es casi idéntico pero en una versión dulcificada y más digerible. En esa misma línea “amable”, Ryan Murphy, el director de las series Nip Tuck (2003-2006) y Glee (2009-2010), se aseguró un éxito taquillero con la sola presencia de Julia Roberts y Javier Bardem.

En la obra original, Gilbert describe cómo atravesó por un proceso mucho más complicado que el tour gastronómico de Liz para llegar a su paz interior. Incluso menciona que su esposo la odió tras su divorcio. Conforme avanza la trama, revela aspectos de su personalidad tanto positivos como negativos que dibujan a una mujer mucho más común y corriente que las princesas contemporáneas que Roberts suele interpretar.

A diferencia del trabajo original, Comer rezar amar muestra a una caricatura, desprovista de defectos, en un viaje idílico, sin percances y difícil de sustentar, en un mundo donde la gente es bondadosa en todos lados y sus vidas están a la merced de una gringa perdida.