Berrinches
Uno de los comportamientos que más nos desestabilizan a los padres son las rabietas de nuestro hijo. Se trata de manifestaciones habituales de los niños cuando sienten frustración, miedo, ira o tristeza. La reacción consiste en gritar y llorar e incluso tirarse al suelo y patalear. Pero aquí te dejamos algunos tips que puedes tomar en cuenta para manejar ese tipo de berrinches y rabietas.
1. Preparar las salidas
Nuestro hijo debe saber dónde vamos antes de salir de casa. Si vamos a ir por ejemplo de compras a un hipermercado, podemos repasar antes con él el itinerario. Así no le pillará desprevenido y se adaptará a nuestro plan sin problemas. Puede que no le apetezca pero le hemos dejado claro el plan elegido por la familia y no supondrá una sorpresa. Para ayudarnos a controlar el berrinche, también debemos cerciorarnos de que haya comido lo suficiente y se encuentre descansado.
2. Mantener la calma
Cuando un niño comienza a tener una rabieta le da igual estar en una comida familiar o en un centro comercial lleno de gente. Siempre tenemos que mantener la calma. No debemos combatir fuego con fuego. Si le regañamos o le gritamos solo empeoraremos la situación. Lo mejor es restar importancia a su comportamiento y tomártelo con resignación.
3. Dejar que se desahogue
Para controlar el berrinche de nuestro hijo lo mejor es llevarle a un sitio diferente de donde comenzó la rabieta; una técnica que suele funcionar y logra que el niño se vaya desahogando hasta que poco a poco se siente más tranquilo. Solo podremos establecer un diálogo con él cuando esté más tranquilo y pueda escuchar nuestros argumentos.
4. Hablar con tranquilidad
Tenemos que explicar a nuestro hijo con tranquilidad que su actitud no es la correcta. Podemos acercarnos a él, mirarle a los ojos con franqueza y en tono calmado explicarle la razón por la que no le podemos comprar lo que quiere.
5. No ceder a su petición
Lo más importante es que no le demos a nuestro hijo lo que pide en ese momento. Tiene que entender que su petición es inaceptable. Si se lo damos volverá a mostrar la misma actitud negativa en otra situación similar. Cuantas más explicaciones le demos, el niño irá cambiando su actitud.